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Clichés Ortodoxos

Adaptado por Jacobo Santín de "Platitudes as Orthodoxy" de Vincent Cheung

 

Hay clichés necios que en la actualidad se consideran sana doctrina, mientras que las enseñanzas y mandamientos propios de la Biblia se tachan como errores y herejías. La Biblia dice que la fe es muerta sin la acción consistente con esa fe. Por ejemplo, si ves que alguien tiene hambre, y tienes algo para darle, no deberías decirle nomás "Abrigaos y saciaos." Ese sería un cliché vacío, no sería fe. Pon tu fe en acción y dale algo. Claro, podríamos hacer una declaración de fe que obre un milagro para la persona que sufre. Si eso es lo que hacemos, y si es eficaz, eso sería poner nuestra fe en acción. Pero estamos en contra de las frases piadosas que dan falso consuelo, que carecen de fe, que no pueden aliviar el sufrimiento, y que no son bíblicas en primer lugar.


A veces las frases de la Biblia son torcidas y usadas como clichés religiosos para darle ánimos falsos a la gente. Una tragedia le sucede a alguien, y el cristiano dice, "Dios obra todo para bien de los que lo aman, de los que son llamados conforme a su propósito." Bien, ¿Pero qué es "bueno"? Debemos dejar que la Biblia lo defina, en vez de llamarle bueno a algo solo porque sucedió. Quizás lo que pasó es muy, muy malo, y lo bueno será cuando Dios lo supere con su poder. Le pasó algo muy, muy malo a José, pero Dios ordenó todo para lanzarlo a la posición más alta de la nación más poderosa de ese tiempo, donde ganó fama, poder, y prosperidad sin comparación, además de salvar muchas vidas. Dios pensó que eso era bueno, evidentemente. Algo muy, muy malo le pasó a Job, pero Dios ordenó todo para mudar sus problemas, duplicar sus riquezas, sanar su cuerpo, y garantizarle una larga vida. Dios pensó que eso era bueno.


¿Acaso a eso se refiere la gente cuando dicen que Dios obra todo para nuestro bien? No, típicamente se refieren nada más a salvación espiritual y desarrollo moral. Claro que esas cosas son buenas, muy buenas. Pero si alguien no cree las promesas de prosperidad, sanidad, fe y milagros de Dios, así como muchas otras cosas en la Biblia ¿De verdad es salvo? ¿De verdad está mejorando moralmente? Alguien que se niega a tener fe en las palabras mismas de Dios es alguien inicuo por definición. Solo está empeorando moralmente más y más. Esperamos que sea salvo y solo no sepa lo que la Biblia enseña, pero si es el caso, cuando le hablemos de las promesas de Dios debería aceptarlas, porque Jesús dijo, "Mis ovejas oyen mi voz." La Biblia sí dice que todas las cosas obran a bien, pero solo para "los que aman a Dios" y "los que son llamados conforme a su propósito." Pero si alguien no quiere aceptar la Palabra de Dios, no hay manera de decir que ama a Dios o que es llamado conforme a su propósito. Así que las cosas que le han pasado son exactamente lo que parecen ser, algo muy, muy malo, que no va a llevar a nada bueno. Cuando un cristiano dice "todo obra para bien" como un cliché religioso, es igual que cuando un no-cristiano dice "todo pasa por una razón," pero hasta la condenación es una razón.


Por el otro lado, si de verdad amamos a Dios, y si verdaderamente somos llamados conforme a su propósito, tenemos que definir el bien como lo define la Biblia, y tenemos que insistir en tener ese buen resultado cuando nos enfrentamos a ataques y obstáculos en la vida. No queremos torcer la Palabra de Dios para justificar nuestra debilidad y fracaso, sino que nos fortaleceremos en la Palabra de Dios. No vamos a mentirnos a nosotros mismos y llamarle bueno a algo cuando obviamente es malo. Si algo es malo, es malo, pero Dios va a destruir las cosas malas que vengan contra nosotros, y hará que todas las cosas, hasta las malas, sean escalones para que creamos sus buenas promesas y consigamos buenos resultados. Nada nos puede separar del amor de Dios, y somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó.


Hay gente que se dice cristiana pero -con comezón de oír- acumulan para sí mismos falsos maestros que les dicen lo que quieren oír, como que las cosas que les pasan no son por sus pecados o incredulidad, sino por la soberanía y designio de Dios para su beneficio. Y de alguna forma el beneficio siempre es espiritual y moral únicamente, pero ni siquiera así vemos a esta gente de poca fe recibirlo. Siguen siendo carnales e inmorales. Siguen llenos de incredulidad, siguiendo las tradiciones del hombre en vez de los mandamientos de Dios. La Palabra de Dios es torcida de esta manera para que la gente tenga un falso consuelo, para que no cambien nada de sus creencias ni mejoren nada sobre ellos mismos, y solamente sigan aguantando.


Si alguien enfermo viene contigo, no digas solamente, "Que Dios te consuele," o "Dios te enseñe paciencia." No digas, "Piensa en lo que puedes aprender de esto," Esos son clichés inútiles. Eso no es lo que la Biblia dice que debemos hacer con la enfermedad. Más bien deberías decir "Piensa cómo quitarte eso." Jesús dijo, "Todo lo que pidan en oración, crean que lo han recibido, y lo tendrán." Mucha gente han recibido sanidad de esta forma. La Biblia también dice que el enfermo puede pedir oración, y la oración de fe va a funcionar, no para darle un sentimiento vago de alivio, sino para traerle un milagro físico. Podemos orar por nosotros mismos, y pedirle a alguien que ore por nosotros, para echar la maldita cosa fuera de nuestro cuerpo. Eso es lo que la Biblia dice que tenemos que hacer con la enfermedad. La fe va a acabar con la enfermedad y restaurar la salud plena. El Señor mismo va a responder. ¡Va a sanar a la persona y levantarla! No sirve para nada decirle a la persona que Dios obra todo para bien a menos que por bien te refieras a un milagro de sanidad y recuperación completa. Olvídate de los clichés religiosos. Dile a la persona lo que dice la Biblia. Enséñale a recibir sanidad por fe, y después pongan esa fe en acción. Pon las manos sobre ella en el nombre de Jesús. Ordénale a la enfermedad que se seque de raíz y desaparezca. Ordena que haya sanidad.


Nunca debemos confundir unos clichés con ortodoxia y humildad. Solo son excusas que la gente hace para sí mismas, e incluso excusas que hacen para Dios. Dios no necesita que lo justifiquemos, porque él no ha hecho nada incorrecto, pero la idea que la gente tiene de Dios es incorrecta, y tienen que inventar excusas cuando el dios falso de su ortodoxia no le llega al Dios verdadero de la Biblia. No están defendiendo al Dios de la Biblia de las ideas erróneas de la gente, sino que están defendiendo al dios de sus ideas contra el Dios de la Biblia. También quieren justificarse a sí mismos porque no reciben los resultados que la Biblia promete gracias a su incredulidad, pero no lo quieren aceptar, así que prefieren predicar un evangelio diferente que humillarse a sí mismos y mejorar. Lo que resulta en que endurecen sus corazones contra Dios, y se burlan del sufrimiento de la gente. Convencen a las personas para que deje que sus problemas sigan, hasta que abracen y defiendan esos problemas, aunque la Biblia los describe como maldiciones y ofrece armas contra ellos. La Biblia enseña las Buenas Nuevas, pero los mentirosos religiosos las reemplazan con sus malas noticias y animan a la gente a aceptarlas


El hombre natural no recibe las cosas del Espíritu, porque son necedad para él. No es que las cosas del Espíritu sean necedad, sino que el hombre natural está tan lejos de siquiera tocar la superficie de la inteligencia divina que las cosas del Espíritu parecen estar fuera del ámbito de lo comprensible para él. Así que las cosas espirituales son como balbuceos para el estúpido hombre natural, así como el lenguaje humano es incomprensible para una babosa. Como está escrito, "Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres." Un discípulo de la incredulidad, como un cesacionista o un tradicionalista, no puede recibir las cosas del Espíritu porque es un simple hombre natural, poseído por el "espíritu del mundo." Se niega a aceptar los beneficios del evangelio y los considera no-espirituales, indignos de sus sublimes ideales y pretensiones religiosas, indignos de sus credos históricos y sus teorías, aunque la Biblia promete esas cosas de forma explícita, directa, y repetitiva a los que tienen fe en Dios. Esto no es evidencia de una mayor fidelidad o más estudios, como les gustaría que pensaras, sino que es la evidencia de que nunca ha entrado en contacto con las cosas del Espíritu. Aunque esto no nos lleve a concluir ciertas cosas sobre su salvación - ¿pero por qué no?- No tenemos autoridad para desafiar a Dios y decir que ese hombre tiene las cualidades para ningún tipo de ministerio.


Por el otro lado, "Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido." Si tenemos el Espíritu de Dios, vamos a recibir lo que Dios dice sobre los beneficios del Evangelio. Si nos negamos a aceptar lo que Dios dice, entonces tenemos otro espíritu, y no el de Dios. Es así de simple, es innegable. Ahora, los que son de la incredulidad están tan mal y tan lejos de la verdad que cuando les contamos de esta sencilla verdad, suena tan escandaloso que tienden a rechazarlo, y después atacarnos por eso. Pero no importa lo que nos digan o lo que digan de nosotros, son el menor de nuestros obstáculos, porque para poder opinar cosas buenas de ellos tendríamos que vencer al Todopoderoso y a sus Escrituras. Atáquenme todo lo que quieran, ¿pero quién soy yo para pelear contra Dios? Mis preferencias son irrelevantes. Viendo lo que la Biblia enseña sobre los beneficios del Evangelio y sobre los que los aceptan o rechazan, la verdad es que no tenga la autoridad ni el permiso para opinar mejores cosas sobre esa gente. Tendría que quitarme de en medio para que no me tuviera que criticar, pero la Biblia seguiría diciendo lo que dice. Si quieren demostrar que tienen el Espíritu de Dios, solo necesitan mostrar que aceptan lo que la Biblia dice sobre las cosas que Dios nos ha concedido, como sanidad, prosperidad, visiones y sueños, profecía, y todo tipo de señales y prodigios. Esto es tan sencillo y es tan fácil de hacer cuando alguien tiene el Espíritu de Dios. Aceptar todas estas cosas es tan fácil, porque hemos nacido del Espíritu y sido llenados con él. Este es nuestro plano, el del Espíritu.


La gente que rechaza los beneficios del Evangelio no son más espirituales o maduros, más bien son humanos inferiores. Algunos de ellos se niegan por ignorancia, y aceptarían rápidamente la verdad cuando se las mostramos. Pero algunos de ellos se niegan porque no son salvos, son gente carnal. Se niegan a oír la voz del Pastor porque no son sus ovejas. De nuevo, si hablas así te van a criticar ¿Pero qué importa? No cambia nada, y solo se lastiman a sí mismos cuando son tan tercos contra la verdad. Pero nosotros seguiremos hablando de todos los beneficios del Evangelio tanto a la iglesia como al mundo, aunque sean menos populares en la iglesia que en el mundo. Hay gente en el mundo que quiere que Dios la ayude, y están resentidos con Dios porque la iglesia les ha dicho que no les va a ayudar, y que son pecaminosos y antropocéntricos por siquiera desear que lo haga. Esto no solo es un evangelio diferente, si no que ni siquiera es el mismo dios que el de la Biblia.


Dios nos quiere salvar, sanarnos, prosperarnos, guiarnos, amarnos, enseñarnos, protegernos, hacernos madurar, y sí, también quiere que lo sirvamos. Es una teología estúpida y simplista pensar que una vida enfocada en Dios es sobre trabajar y sufrir, y rechazar hasta el consuelo que viene de Dios. ¡Decirle a Dios que queremos una religión teocéntrica en nuestros propios términos es la religión más antropocéntrica y satánica! La verdadera religión es teocéntrica, y eso significa que reverenciamos a Dios como el punto de referencia para todo. Esto puede significar sufrimiento, o no, pero tendremos que averiguarlo por medio de la Palabra, en vez de dar por hecho que es puro sufrimiento. ¿Pero qué es lo que vemos cuando tomamos a Dios como nuestro punto de referencia en el ámbito de la salud? Vemos que Jesús llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores. Vemos que Dios mismo dice que la enfermedad es opresión y atadura satánica, y vemos que Jesús estaba obsesionado con sanar a la gente. Vemos que una teología centrada en Dios debe tener un fuerte mensaje de sanidad milagrosa. Es teocéntrico tener fe para la salud y alivio físico del hombre, porque esa es la perspectiva de Dios sobre ese tema. Si proviene de fe, es teocéntrico. Pero si viene de tradiciones, incredulidad, y una piedad egocéntrica, aunque uno entregue su cuerpo para ser quemado, nada es. Es solo un mártir a ojos de los hombres, pero no vale nada a ojos de Dios. Sufrir es estúpido, inútil, egoista, y egocéntrico, a menos que sea sufrimiento conforme a la Palabra de Dios. Pero hay tanto sufrimiento que es contrario a la Palabra de Dios.


Un autor cristiano escribió, "No desperdicies tu cáncer." Qué mensaje tan más demoniáco. Es anti-evangelio. Es falsa religión. La Biblia nunca dice que la enfermedad sea un regalo de Dios, sino que dice que la enfermedad es atadura y opresión satánica. La enfermedad es un ataque demoniáco, no un regalo divino. Jesús dedicó una cantidad exagerada de esfuerzo a destruirlo a donde iba. ¿Acaso ese autor acusa a Jesús de estar desperdiciando la enfermedad de la gente? Mira las consecuencias denigrantes de la incredulidad. Este falso maestro convoca a miles de personas a desperdiciar la sangre de Cristo, que llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores para conseguir sanidad para nosotros. A menos que "desperdicies" tu enfermedad, vas a desperdiciar tu redención. Mira la teología perversa de la tradición. Este falso maestro romantiza la enfermedad y el sufrimiento, y anima a miles del pueblo de Dios a abrazar las ataduras y la opresión, sujetándose a Satanás para hacer toda su voluntad. Por haber debilitado la fe y urgencia de la gente para recibir sanidad de parte de Dios, este autor es responsable directo de su sufrimiento y hasta de sus muertes. Es un sádico y un asesino. Pero su veneno espiritual normalmente se presenta como piedad y conocimiento profundo.


Jesús nunca dijo, "No desperdicien sus enfermedades," sino que dijo, "¿Quieres ser sanad?" Y le dijo al discapacitado, "Toma tu lecho y anda." Nunca dijo, "Que se haga la voluntad de Dios," sino que dijo "¿Qué quieres que haga por ti?" Y después le dijo al ciego, "Tu fe te ha sanado." Nunca dijo -ni siquiera lo insinuó- "Dios te sanará si es su voluntad," sino que dijo, "Te sea hecho conforme a tu fe." En otras palabras, "Lo que crees que va a pasar es lo que va a pasar. Lo que crees que Dios hará es lo que Dios hará." ¿Qué decían los apóstoles? Decían, "Jesucristo te sana," "En el nombre de Jesús, levántate y anda," y "La oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará." Así que nunca le digas a alguien, "No desperdicies tu cáncer," sino dile, "No te quedes con tu cáncer."


Jesús nunca dijo, "Dios tiene un noble propósito para tu sufrimiento." Él dijo que no podemos servir a Dios y a Mammon al mismo tiempo, pero dijo también que el Padre sabe que necesitamos estas cosas, y que si buscamos a Dios primero, entonces Mammon -Dinero, comida, ropa, etc.- nos sería añadido. Dijo que esto se trata de fe, y que la preocupación viene de la incredulidad. En otras palabras, la enseñanza de Jesús es, ten fe, y él acabará con tu enfermedad, tu pobreza, y tu sufrimiento. Esto es herejía en la actualidad, pero es precisamente lo que Jesús enseñaba. La gente quiere que la Biblia diga, "Te sea hecho conforme a la voluntad de Dios," para poder quitarse toda la responsabilidad espiritual. No importa lo que pase, nunca es culpa de ellos. Pero la Biblia no dice lo que quieren. La Biblia sigue diciendo, "Te será hecho conforme a tu fe." ¿Por qué no se ahorran el sufrimiento para cuando sean perseguidos o martirizados? Pero no, quieren cambiar el sufrimiento a causa del Evangelio por el sufrimiento de su propia incredulidad. Quieren proyectar una narrativa de que son épicos héroes espirituales, por el simple hecho de ser unos fracasados. La narrativa de la Biblia es que incrédulos inservibles.


Dicen que cosas como la sanidad y la prosperidad no son importantes, sobre todo a comparación de la vida espiritual, pero siguen buscando esas cosas con su propio ingenio y fuerzas. Son hipócritas religiosos. Viven una doble vida. Jesús dijo que nuestra vida no consiste en la abundancia de nuestras posesiones, pero en ambas instancias en las que multiplicó comida hizo tanta que sobraron muchos canastos. Él advertía contra la codicia, pero aún así enseñó que la posesión de cosas materiales está vinculada con la fe, que Dios sabe que las necesitamos, y que estas cosas nos vendrían por añadidura cuando ponemos a Dios primero. Jesús dijo que lo material no nos define, y dijo que los paganos buscan esas cosas. Aún así él enseñó que si tenemos fe, no tendremos que preocuparnos por dinero, que si tenemos fe, tendremos comida, y que si tenemos fe, tendremos ropa. En otras palabras, Jesús puso las cosas materiales como objetos que se reciben por fe, junto con las cosas espirituales, pero las priorizó conforme a su importancia. Al contrario de Jesús, las personas de no-fe ponen el recibir cosas espirituales bajo la fe, pero recibir cosas materiales se queda fuera de la fe, y bajo el esfuerzo humano. El Evangelio muestra por medio de las enseñanzas de Jesús que conseguir cosas materiales es algo de fe. Así que enseñar cualquier cosa distinta es enseñar un evangelio diferente, una religión no-cristiana. Las doctrinas sobre sanidad, prosperidad y cosas materiales que resultan de eso se hacen pasar por cristianismo, pero se parecen más al budismo, o a alguna religión oriental.


Ofrécele fe real a la gente, verdades acciones y palabras del Evangelio, y no clichés religiosos. A los que siguen a Cristo con intenciones indignas les decimos, calculen el costo. Podrías enfrentar problemas por tu fe en Cristo. Estos problemas vienen de los hombres, posiblemente de hombres religiosos que pretenden estar respaldando la ortodoxia. Dios no es el que te aflige, porque escrito está, "Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí." Él te va a salvar de estas aflicciones. A los que están sufriendo les decimos, ten fe en Dios. Si vienes a Jesucristo por fe, te va a salvar, sanarte, prosperarte, y establecerte, para que puedas ir y ser un testigo eficaz de él. No te hagas la víctima y pongas excusas piadosas. Dios te va a dar la victoria. No solo va a ser una victoria moral, sino una victoria en todos los sentidos.


Dios le había prometido a Israel la tierra, y que iban a ganar cuando pelearan contra sus habitantes. Así que cuando Josué perdió una batalla, no dijo, "Bueno, supongo que todo ayuda para bien a los que aman a Dios." No dijo, "Quizás ya cesó el don de ganar desde que murió Moisés." No dijo, "Esto nos ayudará a ser más humildes y pacientes." No dijo, "¡Pueblo, no desperdicien esta masacre! Seamos asesinados para la gloria de Dios." No, él sabía que habían perdido porque algo había salido mal -muy, muy mal. Se negó a aceptarlo. Confrontó a Dios como si algo hubiera salido mal. No aceptó lo que pasó como "la voluntad de Dios." Y Dios le dijo que alguien en el campamento había pecado. ¡Ajá! ¿Qué hizo Josué? ¡Arrastró a los que pecaron e hizo que el pueblo los apedreara y quemara sus cuerpos! Después de eso Josué regresó directito a la pelea y ganó -no solo la victoria moral, sino también la militar, porque eso era lo que Dios había prometido. Josué sabía que cuando Dios promete algo y ese algo no sucede, no es porque sea "la voluntad de Dios," sino porque algo ha salido terriblemente mal. Se negó a hacer excusas. Arrastró el problema, lo mató, y lo quemó. No estuvo satisfecho hasta que obtuvo exactamente lo que Dios había dicho.


¿Pero qué haces tú a los que predican incredulidad, que enseñan entre ustedes las tradiciones de los hombres en vez de las promesas de Dios? Los llamas doctores y reverendos, escuchas sus sermones y compras su libros, los pones en tus consejos y comités para que controlen tus recursos, y escribes sus palabras en tus credos y políticas que controlan tus doctrinas, cuando deberías exterminarlos de la iglesia y destruir su material. Por eso es que no recibes las promesas de Dios. No es porque sea "la voluntad de Dios." No es porque "Todo ayude para bien." No es porque nada de Dios haya cesado. No recibes las promesas de Dios por tu incredulidad y desobediencia. Y si sigues poniendo excusas, las cosas se pondrán mucho peor para ti. Te diré exactamente que es lo que debes hacer. Toma a "Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía" - sí, todo su ganado, ovejas y asnos, todo lo que esté relacionado con él - mátalo y quémalo.


Ahora viene el evangelio, las buenas noticias. Cuando la enfermedad te ataque, Dios no solo te dará la victoria moral para que aguantes con una sonrisa y te mueras después. Si tienes fe, no permitirá que Satanás se lleve tu dignidad. Como está escrito, "Ninguno de los que confiaron en él fue avergonzado." Sin duda Dios te dará la victoria moral, y te reirás del Diablo incluso cuando te ataque. Pero después Dios te dará la victoria material, y por fe en nombre de Jesús vas a derrotar la enfermedad y arrancarla de tu cuerpo, y andarás en vida y sanidad para la gloria de Dios. Cuando la pobreza te ataca, no solo dirás, "Dios me hace rico en fe." Claro que serás rico en fe, y porque serás tan rico en fe, también le vas a creer a Jesús cuando dijo, "Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." El Evangelio es buenas noticias, las buenas noticias del poder de Dios para salvarte en todos los sentidos. El que niegue esto está predicando un evangelio diferente y una religión pagana, la Biblia dice que sea anatema.


 




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