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Conforme a tu Fe

Adaptado por Jacobo Santín de “According to your Faith” de Vincent Cheung

 

Jesús operaba en una forma totalmente distinta a como la doctrina humana nos hace creer. Cuando la gente se acercaba a él para ser sanada, Él les decía una y otra vez, “Te sea hecho conforme a tu fe.” Él nunca dijo, “Te voy a sanar porque es la voluntad de Dios.” Él nunca dijo, “No te puedo sanar porque no es la voluntad de Dios.” Esta es la mentira que la ‘iglesia’ lleva contándole a la humanidad durante siglos, pero esa nunca ha sido la doctrina Bíblica. Es una noción contraria a la forma de actuar de Jesús, y al actuar de los apóstoles. La regla nunca ha sido que, si algo es la voluntad de Dios, ese algo te va a pasar, nunca. Jesús decía, “Si crees que te va a suceder, te va a suceder.”


Esta es la doctrina que Jesús estableció, son buenas noticias. El Evangelio no te enseña a preocuparte por una voluntad misteriosa de Dios, más bien te enseña a enfocarte en lo que crees basado en lo que Dios te ha revelado. No necesitamos adivinar cuál es la voluntad de Dios respecto a las cosas que nos van a pasar. La Biblia nos enseña cómo es Dios. Nos dice que Dios perdona todos nuestros pecados y sana todas nuestras enfermedades. Tenemos la evidencia de la revelación para creer que Él es bueno, que perdona, que sana, que rescata y salva, que derrama bendiciones y cosas buenas sobre nosotros. Cuando creemos eso, eso es lo que nos va a pasar. Ese es el ministerio de Jesucristo, no tenemos por qué andar preocupados y con incertidumbre toda la vida.


Hay buenas noticias para ti. Este mundo vive bajo la ley del pecado y la muerte. Todo tiende al desgaste y la corrupción, pero gracias a Jesucristo tú no tienes que vivir así, puedes vivir conforme a otra ley, la ley de la vida y el Espíritu. Por medio de la fe, tú estás en control, tu puedes proponerte recibir lo que sea de parte de Dios. Satanás no te puede detener, ninguna persona te puede detener, y Dios no te va a detener, porque Él es el que configuró esto en primer lugar. Él es el que te enseña las buenas nuevas que hay en Jesús. Él nos enseña a pensar en obtener cosas de Él, no desde la perspectiva de su voluntad eterna (él no le pide a un granjero o a una ama de casa que piensen como teólogos filosóficos) basta con que una persona escuche atentamente lo que Dios ha dicho, y le crea. A los intelectuales les gusta hacer la vida cristiana muy técnica y complicada, pero no pueden ignorar el hecho de que sin fe es imposible agradar a Dios. Dios nos enseña a pensar en obtener cosas de parte de él desde la perspectiva de lo que necesitamos, lo que queremos, y lo que creemos. Y por medio del Evangelio de Jesucristo nos ha dado un fundamento confiable para creer las cosas correctas sobre Él.

Jesús vino en una época en dónde había tradiciones y estructuras religiosas muy rígidas. La gente que se acercaba a Él con fe tuvo que desafiar las costumbres y las burocracias de aquellos tiempos para tener contacto con Él, para conseguir lo que querían. No necesitaron la aprobación de las autoridades religiosas ni de los intelectuales para recibir de Dios, fueron directamente a Dios y recibieron.

Nosotros esperaríamos que los que se jactan de enseñar sobre Dios aceptarían nuestra fe y nuestro anhelo de recibir de parte de Él, pero comúnmente no es el caso. Muchos de los que batallaron para acercarse a Jesús fueron reprendidos y obstaculizados por las multitudes que lo seguían. ¿Y por qué lo seguía tanta gente si iban a echar a los que se acercaban a Él? Esa es la locura de la religión sin fe.

Nos conviene que esas cosas hayan sido registradas, para que veamos cómo los miembros de la falsa ortodoxia nunca se han arrepentido ni han mejorado, pero cuando tenemos fe en Jesús no necesitamos ni permiso, ni consentimiento. Los maestros de la incredulidad no son dueños de Jesús, porque Jesús se ha ofrecido para todos los que tengan fe en Él. Jesús dijo, “Yo soy la puerta,” Él es la puerta de las ovejas. Jesús es el camino. Si tienes fe, Jesús te recibe. Los supuestos líderes e intelectuales no deciden si puedes entrar, y no te pueden dejar afuera tampoco. Estas son buenas noticias para ti. Nunca te tienes que limitar por lo que otras personas piensan sobre Dios. Nunca te tienes que limitar por lo que otras personas piensan que puedes recibir de parte de Dios. No importa si se las dan de expertos en religión. Evidentemente no son expertos, porque dicen algo, pero Jesús dice otra cosa. Dicen una cosa, y Dios hace lo contrario. En fin, esa gente no sabe mucho. Nunca te sometas a gente así. De todas formas, no les estás pidiendo a ellos que te respondan, no son los que tienen el poder para conceder tus deseos, u honrar tu fe. Decide qué es lo que quieres, y ten fe en que Dios te lo va a dar. A la gente la oprime la religión, no es Dios ni su justicia, ya que muy seguido ni siquiera han tenido la oportunidad de conocer a Dios y sus exigencias auténticas. No, los oprimen las tradiciones y doctrinas de hombres. Queremos las bendiciones de Dios, queremos la vida, la sanidad, y la prosperidad que él nos garantiza por medio del Evangelio; nos va mucho mejor con las bendiciones de Dios que con la admiración de los hombres. ¿Y qué si la gente habla mal de nosotros? No vale la pena andar con una fe débil y un cuerpo enfermo, alinearse a la religión humana no lo vale. Ten fe en Dios, ten fe para recibir cosas buenas, y si lo crees, te va a suceder.

 
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