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Dos Perspectivas de la Palabra de Dios

 

Adaptado por Jacobo Santín de “Two Views on God’s Word“ por Vincent Cheung

 

“Si permanecen en mi y mis palabras permanecen en ustedes, pedirán lo que quieran, y les será concedido.” (Juan 15:7)

Presta atención a esa parte “…Si mis palabras permanecen en ustedes.” Eso casi siempre se interpreta como una restricción para la promesa del resto del pasaje, y está bien. La Palabra de Dios restringe el pecado. Por ejemplo, dice que no debes codiciar a la mujer de tu prójimo. ¿Pero acaso eso es lo primero que te viene a la mente cuando lees este verso? Y tú pastor te da un bibliazo y gritas, “¡Ay, me lleva!” Si ese es tu nivel de madurez espiritual, necesitas muchas restricciones.


Mi queja es que esa parte del verso se utiliza para ponerle límites a las bendiciones y logros que podemos alcanzar, como si la Palabra de Dios te negara las mismas cosas que te promete. Bienvenido al mundo desquiciado del pensamiento cristiano. Esto es un manicomio. Si eres nuevo, te lo advierto, vas a pasar un mal rato. Aquí hay un principio que te va a ayudar: “Dios no es esquizofrénico, pero los académicos son unos hipócritas estúpidos.” Tómalo en cuenta, te va a ayudar a interpretar muchos libros.


¿Acaso Dios te quiere limitar? Satanás convenció a Eva de que así era, y durante siglos los cristianos han caído en la misma trampa, hasta lo han convertido en la doctrina oficial. Dios le dio a Adán y Eva autoridad sobre toda la tierra, no les pidió trabajar duro, hacía que la comida creciera del suelo para ellos en todos lados. Solo un árbol estaba prohibido, pero Satanás lo torció como si Dios tuviera algún tipo de inseguridad, como si Dios no quisiera que sus hijos tuvieran mucho. Dios les dijo que podían tomar prácticamente todo lo que desearan, pero Satanás saltó luego luego, “¿Ah, entonces Dios les dijo que no pueden tener esto otro?” Es el mismo truco, lo mismíto, y los creyentes siguen cayendo en la trampa. Claro, ahora tiene un sabor cristiano para que te lo puedas pasar más fácil, y trae piquete para los religiosos que quieren marearse con él, pero sigue siendo igual.


Jesús no dijo, “Si se acuerdan de mis restricciones, podrán escoger las opciones que sobran, y lo van a tener. Ah, no, espera, quizás tampoco lo obtengan, porque Dios es soberano y él decide ¡Provechito!” No, pues chido, gracias, Jesús. Así se interpreta ese verso comúnmente, pero Jesús no estaba diciendo eso, él quería inspirarnos a tener fe, a la acción, y a la victoria. El siguiente verso dice, “En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto.” A Dios le glorifica que seamos eficaces, cuando tenemos resultados. Esto concuerda con lo que Jesús dijo poquito después de esto, que cualquier que tuviera fe en él haría las mismas obras que él, sus milagros, y cosas aún mayores (Juan 14:12). En ese contexto también dijo, “Todo lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el hijo.”


Jesús quería expandir nuestra mentalidad, no limitarla. Él dijo que sus palabras debían permanecer en nosotros ¿Cuáles son esas palabras? ¿Qué cosas dijo? Dijo que todo es posible para el que cree. Dijo que si tenías fe, le podías hablar a una montaña y te iba a obedecer. Dijo que recibirías poder cuando el Espíritu viniera sobre ti. Dijo que seríamos sus testigos en todas las naciones. Dios no me detiene. Dios me ha enseñado cosas que nunca se me hubieran ocurrido. Dios ha prometido hacer cosas por mi y conmigo que nunca hubiera imaginado, que nunca creí que serían posibles, y que nunca pensé que estaba autorizado o capacitado para hacer. Estaba atrapado en un pozo oscuro, viendo hacia arriba a través de un pequeño agujero, pero Jesús me sacó y me puso en la cima de la montaña de Dios, y me mostró un panorama de promesas divinas e intenciones, después me dijo que me uniera a y fuera un colaborador con él. Para mí eso es lo que significa permanecer en sus palabras.


Presta atención a lo que alguien exprime de un verso como este. Te vas a dar cuenta si ha platicado con el Todopoderoso, o si está batallando para domar un verso conforma a sus prejuicios religiosos y culturales. ¿Ve a Jesús como el Gran Benefactor que ha abierto sus ojos, o como un tipo del pasado que es una amenaza para su religión? ¿Una figura cuyos dichos exagerados deben de ser contenidos, justificados, o reconocidos pero con mucho desprecio? La Palabra de Dios no es un factor de restricción, sino un poder liberador, una academia de fe, y una experiencia que te abre la mente. Jesucristo no es una carga para mí, él es mi vida y mi esperanza. No me avergüenzo de él, sus dichos no son excesivamente extremos, porque no importa que tan locos sean, todos son verdaderos.

 

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