Adaptado por Jacobo Santín de "The Creator-Creature Distinction" de Vincent Cheung
Hablando de "¿Quieres Cantar los Salmos?" ["Exclusive Psalmody"], quiero hacer un comentario inspirado por lo que escribí ahí. Sabemos que algunas personas vienen de una corriente que enfatiza la diferencia entre el creador y la criatura. Ellos dicen que siempre debemos tomar en cuenta la gran diferencia entre Dios y el hombre. Se supone que debemos ser teocéntricos en la interpretación de las escrituras y de todas las cosas, eso significa que debemos siempre tener presente nuestra finitud humana. Me cuesta seguir con esto, porque aquí es donde dejan de tener sentido, se me deshace en las manos lo que esta gente dice, porque los que insisten tanto con la diferencia entre el creador y la criatura imponen una interpretación centrada en el hombre para todo. ¿Podemos entender a Dios, o a la Biblia? "Bueno, tenemos que respetar la diferencia creador/criatura, y como el creador es tan grande y nosotros tan finitos, no podemos entenderlo." Espera... ¿Nuestra finitud gana? ¿Nuestra finitud supera su infinidad? Suena muy hombre-céntrico. Si Dios es tan grande, él nos puede hacer entender. Él es el factor decisivo, no nosotros. Eso sí es ser teocéntrico.
Ese es solo un ejemplo. Pero ahora quiero hablar de las cosas que saqué de los Salmos. Piensa en todas las promesas y bendiciones de Dios que los escritores de los Salmos se aplicaban a sí mismos. Ellos reconocían la diferencia creador/criatura, a veces reconocían su propia debilidad, hasta su desesperación, pero no dejaban que eso decidiera lo que Dios iba a hacer en sus vidas. Si lo hubieran hecho, serían antropocéntricos [Hombre-céntricos] como nuestros inútiles teólogos. Somos pecadores, Dios es justo ¿Qué sucede? Él perdona todos nuestros pecados y nos hace justos también. Estamos enfermos, pero Dios es un sanador ¿Qué sucede? Él cura todas nuestras enfermedades y nos hace sanos. Estamos solos y tenemos miedo, pero él es autosuficiente y todopoderoso ¿Qué sucede? Él se vuelve nuestro Padre, nuestro pastor, nuestro amigo, y nos vuelve fuertes, llenándonos de gozo y paz. Los Salmos están llenos de esto. Por el otro lado, la ortodoxia histórica se enfoca en el lado humano de las cosas, y las interpreta partiendo de ahí, sin importar si se lleva de calle la omnipotencia y promesas divinas.
Esto aplica a toda la Biblia. Yo reconozco la distinción entre el creador y la criatura. Como dijo Jesús, no puedo volver un solo cabello blanco o negro preocupándome, fuera de él no puedo hacer nada, pero nada es imposible con Dios ¿Qué sucede? Como criatura, yo miro al creador y me vuelvo creador-céntrico en mis posibilidades. Jesús me dice que todo es posible para el que cree. Ahora me dice que si permanezco en él, y sus palabras permanecen en mí, pediré lo que yo quiera y me será dado. También me dice Jesús que si tengo fe, puedo mandar que una montaña se tire al mar, y me va a obedecer. Jesús me dice que si creo en él, haré los mismos milagros que él, incluso mayores. ¿Qué acabo de hacer? Cuando respeto la diferencia creador/criatura y me enfoco en el creador, me veo a través de esa perspectiva, veo mis posibilidades conforme a las capacidades del creador, no conforme a mis limitantes de criatura. Los teólogos basura piensan que si reconoces la diferencia creador/criatura la conclusión debe ser de debilidad, pero es totalmente lo contrario. Como dijo Pablo, cuando más débil estoy, ¡MAS FUERTE SOY!
Esa es la forma de leer los Salmos, y toda la Biblia. Cuando tenemos fe en el creador -Cuando somos teocéntricos- significa que ya no estamos limitados a nuestras posibilidades de meras creaciones, sino que pensamos en todo lo que es posible para el creador. ¿Te das cuenta de cómo la teología común ha fracaso dramáticamente? ¿Te das cuenta de cómo ha traicionado al evangelio y a todo el pueblo de Dios? Proyecta la finitud y debilidad de la criatura sobre toda nuestra relación con Dios. Convierten al hombre en el factor decisivo. Así que comprender al Señor se vuelve difícil, los milagros se hacen imposibles, la santidad se vuelve una batalla, y estar confiado es casi casi blasfemia. La Palabra de Dios nos libera de esta locura, de esa teología moralina y egocéntrica. Vamos a dejar de ponerle límites humanos a todo, y dejar de rechazar lo que Dios mismo dice. Ya sabemos que solo somos criaturas, y precisamente por eso no nos vamos a concentrar en nuestras limitaciones, sino enfocarnos en el creador, en sus habilidades, y en sus promesas. Vamos a creer en cosas mayores que nosotros. Vamos a creer en milagros y bendiciones. Seremos Cristianos.
Los religiosos dicen, "¡No te olvides de la diferencia entre el creador y la criatura! ¡Solo eres un hombre, no eres Dios!" Pero yo no necesito ser Dios. ÉL es Dios, así que como dijo Jesús, cuando tengo fe en él puedo ordenarle a una montaña pasarse de un lado a otro, como él me dijo, "Nada te será imposible." Ellos dicen, "Recuerda que eres finito, eres solo un hombre, no puedes saberlo todo." Pero no tengo por qué ser infinito. ÉL es Dios, así que como dijo Jesús, cuando el Espíritu venga, me guiará a toda verdad. Si insistimos en que somos hombres mortales y por eso no podemos entender, ni podemos realizar grandes hazañas, la única razón sería que no hay creador -no hay Dios para nada- del otro lado de nuestra religión. Nuestra fe no sería una relación creador-criatura sino una relación criatura-criatura, una relación con nosotros mismos. Es una forma se solipsismo, y nuestra fe sería una proyección. Esto explica la falsa humildad de la ortodoxia hecha por hombres, No hay Dios del otro lado de su fe. No puede ser teocéntrico porque Dios está totalmente ausente de su vida y su doctrina. Esto voltea la mentalidad común y nos manda en dirección opuesta. Y te puedes dar cuenta de que tengo la razón.
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