Adaptado por Jacobo Santín de "The Sovereign Liar Heresy" de Vincent Cheung
El principio general es que al interpretar las Escrituras debemos de respetar el género literario del pasaje. Esto es correcto. Pero aunque diga esto, no estoy del lado de los Calvinistas y de los Cristianos Reformados cuando se trata de cómo manejan las Escrituras. En muchos aspectos son los enemigos más celosos de la fe Cristiana, contradicen la Palabra de Dios y persiguen a los que la creen.
En la práctica, no consideran ninguna promesa de la Biblia que habla a nuestra vida como una promesa real, sino solo una insinuación vaga de un posible resultado. Para ellos la doctrina de la soberanía de Dios significa que Dios rompe sus promesas seguido, así que ninguna promesa de la Biblia tiene garantía. Pero si una promesa es una promesa, entonces sí está garantizada, y Dios siempre cumple sus promesas. Una razón del por qué pervierten así la soberanía divina es para ocultar su incredulidad. Cuando no reciben algo de Dios, en vez de reconocer su falta de fe y su dureza de corazón, culpan la soberanía de Dios. Tal y tal cosas no pasaron porque "Dios es soberano," independientemente de lo que diga la Biblia.
Dios hace sus promesas soberanamente, y siempre cumple sus promesas soberanamente. El Mentiroso Calvinista-Reformado no es el Dios Cristiano. Cualquier Arminiano que cree que Dios siempre cumple sus promesas, incluyendo sus promesas de sanidad, prosperidad, liberación, y bendiciones materiales, es mucho más ortodoxo que cualquier Cristiano Calvinista o Reformado que dice afirmar la soberanía de Dios, pero abusa de la doctrina para justificar su propia incredulidad. Ningún Pentecostal debería de sentirse intimidado por la herejía del Soberano Mentiroso. De hecho, si los Carismáticos de Palabra de Fe excomulgaran a los Reformados por esto, no levantaría ni un dedo para defenderlos. No podría, ya que no tendría respaldo bíblico para defender a los Reformados.
Otro principio muy popular que han adoptado para interpretar la Biblia es que no debemos sacar doctrina de las partes narrativas de las Escrituras, sino solo de las partes didácticas de las Escrituras. Esta es una mentira descarada, y va contra el propio uso que las Escrituras hacen de las narrativas. Esto inventa un canon dentro del canon, y se convierte en una negación de la inspiración divina y la inerrancia bíblica, lo que a su vez los convierte en herejes anti-cristianos. Como de costumbre, parece que una razón para este error es querer evadir algunas de las enseñanzas más explícitas de la Biblia. Un ejemplo es la doctrina bíblica de que el bautismo del Espíritu Santo es una experiencia diferente y subsecuente a la regeneración o conversión.
Su forma de manejar las Escrituras está bien en algunas cosas, pero en muchas otras son los hipócritas y charlatanes religiosos más siniestros. No importa en qué estés bien, cuando pintas a Dios como un mentiroso lo pierdes todo. Son de los peores herejes que hay, y al mismo tiempo son los perseguidores más celosos del pueblo de Dios.
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