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Sin Dónde Recostar su Cabeza

Adaptado por Jacobo Santín de “No Place to Lay His Head” por Vincent Cheung

 

“Y Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo, nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.” (Mateo 8:20)

Pobre Jesús, no tenía donde dormir, hasta a los animales les iba mejor. Eso es lo que los charlatanes religiosos quieren que creas. Dicen que Jesús no tenía casa, y como no tenía casa, era pobre, y como él era pobre, nosotros también debemos ser pobres, pura lógica fraudulenta.

Jesús no vagaba así como suponen los predicadores anti-prosperidad. En primer lugar, el tenía una casa en Nazareth, pudo haber vuelto con su madre y hermanos; de hecho, ellos se lo querían llevar porque no creían en él (Marcos 3:20-21, Lucas 8:19-21, Juan 7:5) En segundo lugar, sus discípulos lo recibían en sus hogares. Pedro tenía una casa, Jesús sanó a su suegra ahí (Lucas 4:38) Lázaro y sus hermanas tenían una casa (Juan 11-12) Jesús hasta cenó con ellos. Piensa en eso, Jesús tenía qué comer ¡impresionante! En tercer lugar, hasta los extraños lo recibían en sus casas, él ni siquiera necesitaba una invitación, él se auto invitaba: “Zaqueo, baja inmediatamente, debo quedarme en tu casa hoy.” (Lucas 19:5) Si se trata de alojamiento, Jesús tenía más lugares donde quedarse que nosotros, podía comer donde quisiera y dormir donde le diera la gana. Como dijo: “No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, hijos, o tierras por mi y por el Evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras, junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna.” (Marcos 10:29-30)

Tenía cientos de lugares para comer y dormir, lo que dijo no tenía nada que ver con ser un indigente, el contexto nos muestra su intención y su significado.

Alguien le había dicho a Jesús, “Maestro, te seguiré a donde vayas.” (v.19) Jesús le dijo a ese hombre que pensara bien lo que estaba diciendo. El Señor no tenía un hogar fijo, pero no porque fuera pobre, sino porque tenía un ministerio itinerante, viajaba constantemente. Cualquiera que lo siguiera debía prepararse para ese estilo de vida. No significaba que cualquiera que lo siga espiritualmente o crea en él deba de llevar la misma vida, sin establecerse, tener un trabajo, una casa, etc. Se refería a que cualquiera que lo siguiera físicamente tendría que adoptar el mismo estilo de vida itinerante.

Jesús pudo haber sido rico o pobre, pero este verso no nos dice nada sobre eso, no tiene nada que ver con las promesas de prosperidad de Dios, o lo que él nos promete que podemos obtener por fe de forma cotidiana. Hay muchas veces en las que yo tampoco tuve donde recostar la cabeza porque estaba atorado en un aeropuerto mientras viajaba en primera clase. Jesús no tenía donde recostar su cabeza por decisión propia, y le estaba diciendo a este hombre que reflexionara antes de tomar la misma decisión. Los que usan las palabras de Jesús para atacar el Evangelio de la Prosperidad son bien estúpidos y sesgados, porque esto no tiene nada que ver con el tema. Quizás ellos han estado disfrutando de tantos lujos y andan tan alejados de cualquier ministerio útil que no les cabe en la cabeza que alguien esté incómodo a menos que sea pobre, no se les ocurre que alguien se pueda meter en situaciones complicadas por causa del ministerio, no tienen contacto con la realidad ni en su imaginación, pero tienen un montón de tiempo e interés para hacer juicios pretenciosos sobre la gente.

Pablo dijo que no tenía donde vivir en el mismo sentido (1 Corintios 4:11) era voluntario, así como también era voluntario el maltrato que sufría (V. 11) (no en el sentido de que él pidiera ser maltratado, sino que se puso en esa situación por causa del ministerio), estaba sufriendo como un siervo de Dios bajo persecución, no como una víctima de la vida bajo circunstancias cotidianas por su falta de fe. Incluso parece que su experiencia era especial (V. 10) Es una enorme injusticia utilizar un ejemplo de persecución grave a causa de un ministerio heroico para justificar sufrimientos del día a día por tener una fe y carácter enclenques. Los hipócritas religiosos quieren que los apóstoles sean únicos en todo, pero cuando se trata de sufrimiento y carencia excepcional quieren que sea una experiencia universal. Así funciona la incredulidad, los demonios usan la Biblia de esa forma. No seas un tonto religioso, guarda silencio y sirve a Dios de verdad. Si vas a imitar a Jesús al no tener donde recostar tu cabeza (aunque él tenía muchos lugares en los que quedarse), también imítalo en su ministerio de sanidad milagrosa, y su ejemplo de multiplicar comida para los hambrientos. Si tanto odias la prosperidad, no tienes que disfrutarla personalmente para nada, pero hazlo por los pobres y enfermos al menos.

Jesús no tenía hogar en el sentido de que siempre estaba viajando, voluntariamente, por su ministerio; y el que no tuviera casa de esa forma no nos dice si era rico o pobre, a veces no hay donde acostarte en las salas exclusivas del aeropuerto. A final de cuentas, el dinero no era problema para Jesús, porque ni lo necesitaba, podía multiplicar comida, y crear más de lo necesario (Marcos 8:19-20). Después de recordarle eso a sus discípulos, les preguntó, “¿Todavía no entienden?” (Marcos 8:21) Mira, con Dios el dinero nunca es problema, te puede dar más que suficiente, y no le molesta que tengas más que suficiente, ¿captas? Algunos de ustedes no, aún piensan que es incorrecto, piensan que Dios no es muy cristiano que digamos. Cuando es “miel y langostas” se te hace muy raro, pero cuando viene sanando y bendiciendo, comiendo y bebiendo, crees que es un evangelista hereje de sanidad y prosperidad. (Mateo 11:18-19)

Jesús no necesitaba dinero para vivir, pero claro que tenía dinero, más de lo que la gente piensa. Algunas señales de esto son que la Biblia enumera a algunas mujeres que seguían a Jesús y sus discípulos (Lucas 8:1-3), algunas seguramente vivían con los ricos y poderosos, como “Juana, esposa de Cuza, intendente de la casa de Herodes.” Las mujeres “de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos.” Eran trabajadoras y patrocinadoras, y habían muchos otros además de los mencionados. El ministerio recibía dinero como para financiar un staff de doce personas. Esta es una forma conservadora de expresarlo, Estaban las “muchas” mujeres que mencionamos. ¿Y acaso no el ministerio sostenía a algunos de los setenta discípulos que envió? Había tantos recursos que tenían una bolsa de dinero, y Judas era el tesorero. Había tanto dinero que Judas podía robar de él (Juan 12:6), había suficiente para que no fuera descubierto inmediatamente por los otros discípulos, hasta seguía estando en su puesto. Había suficiente dinero para sostener una operación de buen tamaño, y encima de todo, darle a los pobres (Juan 13:29). No hay razón para pensar que Jesús vivía con lujos, pero tampoco estaba completamente destituido.

Incluso si Jesús no se ahogaba en dinero, no era para nada tan pobre como algunas personas nos quieren hacer creer; si debemos pintarlo como alguien pobre, lo máximo que podemos afirmar era que fue pobre relativamente, osea, comparado con su situación antes de encarnarse. De todos modos, eso no significa que nosotros debamos ser pobres, recordemos que Jesús no solo fue un maestro o un profeta, sino un redentor que vino a salvarnos sufriendo en nuestro lugar. Los Evangélicos deberían saber esto, pero parece que con su conspiración contra el éxito, y su obsesión demoniaca con atacar la sanidad y la prosperidad son capaces de echar a Jesús de cabeza para probar algo. La verdad es que Jesús fue mucho más pobre que en su estado pre-encarnado, pero fue mucho más rico de lo que los religiosos dicen. Así que sufrió pobreza pero también demostró riqueza al mismo tiempo, así de brillante es la vida de Jesucristo.

Jesús no tenía donde recostar su cabeza, pero podía dormir donde quisiera, no era cuestión de finanzas, sino de un estilo de vida que él eligió. La gente se basa en su ejemplo, pero lo malinterpretan, porque quieren una excusa para ser pobres. No quieren tener fe en Jesús, solo lo quieren utilizar. No quieren usar el sufrimiento de Jesús como un fundamento para la fe, sino que quieren explotarlo para justificar sus fracasos. Pero no necesitas ninguna excusa para ser pobre, puedes ser tan pobre como quieras, te puedes morir de hambre tanto como desees, puedes sufrir tanto como gustes, de las formas más desagradables que se te ocurran, puedes ser un desviado y masoquista si eso quieres, pero no te metas cuando otras personas tienen fe en las promesas de Dios, que Dios es para toda en la vida, que Dios puede mejorar sus vidas en todo aspecto, que va a bendecir sus familias, comunidad, y nación, conforme tengan fe en él (además de persecución, probablemente tuya.) (Marcos 8:17) Eres un desquiciado religioso no porque seas muy santo, sino porque tienes poquita fe y un montón de orgullo. Si vas a ser así, y vas a endurecer tu corazón (Marcos 8:17) al menos deja que el pueblo de Dios intente mejorar, deja a su pueblo ir. Déjalo tener fe en él y adorarlo.

De todas formas, si quieres cazar al pueblo de Dios para esclavizarlos de nuevo, te conviene mejorar tus métodos, porque ahorita solo estás perdiendo nuestro tiempo. Si quieres echarle tierra a los predicadores de prosperidad, por lo menos infórmate de lo que verdaderamente enseñan, porque no te importa la verdad, solo das por hecho que están mal en todos los temas que no te gustan. Los malinterpretas y calumnias a cada rato. Pero aún más importante es que te informes de lo que la Biblia enseña, porque criticas a la gente por enseñar doctrinas antibiblicas, cuando la mitad de las veces son bíblicas, y la otra mitad tú eres el antibíblico incluso cuando están mal. Antes de violar la Biblia, léela, te sorprenderá.

¿Qué sucede? Quieren ponerse en un pedestal intelectual, pero son fraudes intelectuales. No eres más listo ni mejor. Tus exposiciones no son más precisas, solo más complicadas y complejas, más engañosas. No son más honestos, solo manejan una estafa diferente. Con tanta preparación -aunque su preparación viene de gente como tú- no son mejores teólogos o intérpretes. Acusan a la gente por usar textos de prueba, usando versos sacados de contexto para probar sus creencias, pero ustedes hacen lo mismo. (Usar textos de prueba en verdad no está mal, la misma Biblia lo hace constantemente. Aun así, no tenemos que distorsionar el significado de los pasajes que usamos.) A veces ni siquiera terminan de leer la frase antes de aventarle el verso a la gente. No corrigen los errores de otras personas, solo los reemplazan con sus errores propios. Las demás personas no se hacen los expertos bíblicos, y no están tan interesados en atacarlos como ustedes lo están en atacarlos a ellos. Por eso se han quedado solos.

Los Fariseos pretendían obedecer la Palabra de Dios, pero se inventaban kilos de estrategias para hacer solo lo mínimo, y cuando no podían, de plano la reemplazaban con sus tradiciones. Se ponían especiales con los pequeños detalles, según esto para ser precisos, pero era más bien para ver qué tanto se podían salir con la suya. Cuando Dios mandó, “Ama a tu prójimo,” ellos decían, “Ah, entonces podemos odiar a nuestros enemigos,” y “¿Al cabo que quién es mi prójimo?” Jesús les dijo “Guías ciegos, cuelan el mosquito pero se tragan el camello.” (Mateo 23:24) Y tú eres como ellos, lo que ellos le hacían a los mandamientos de Dios es lo que tú le haces a las promesas de Dios. Cuando la Biblia promete sanidad, tú dices, “Sí… Pero no dice cuándo.” Claro que dice, Jesús ya llevó nuestras enfermedades y cargó nuestros dolores, y lo puedes recibir con la oración de fe (Mateo 8:17, Santiago 5:15). Cuando la Biblia promete comida, tú dices, “Sí… Pero no dice cuánto.” Jesús siempre hacía demasiado, no solo lo suficiente para que la gente sobreviviera (Marcos 8:17-21). Cuando la Biblia promete ropa, tú dices, “Sí… Pero no promete refugio.” Claro que sí, cientos de lugares dónde quedarse “En este tiempo,” pero junto con persecución de parte de psicópatas religiosos como tú. (Marcos 10:30). La Biblia romete que Dios le dará a su gente por añadidura todas las cosas materiales que los buscan los paganos (Mateo 6:32), y los paganos buscan muuuchas cosas.

Tienes una teología de “Sí… Pero,” eres el “¿De veras Dios les dijo?” de Satanás (Génesis 3:1). Eres el siseo de la serpiente. ¿Por qué desmenuzas las promesas de Dios? ¿Por qué las reduces al mínimo? ¿Acaso él necesita que lo cubras? ¡No! Te estás cubriendo a ti mismo, siempre se trata de ti. En vez de juzgar tu experiencia por la Palabra de Dios, juzgas la Palabra de Dios basado en tu experiencia; en vez de cambiar tu vida para que se amolde a las Escrituras, malinterpretas las Escrituras para que se amolden a tu vida. Reduces las promesas de Dios al mínimo para que sea más fácil manejarlas con tu diminuta fe, y que tu incredulidad no sea tan obvia. Por el otro lado, una persona que quiere lo mejor de Dios para toda su vida va a creer lo máximo que pueda, aunque se tenga que estirar y crecer para alcanzarlo, y aunque se equivoque en algunas cosas, ya es un mejor hombre que tú, y si está dispuesto a cambiar, será aún mejor.

 

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